Llevo poco dedicado a dar clases dentro de mi universidad (aunque antes ya había dado clases en otros lados), y puedo decir que me da mucho gusto hacerlo. Al principio no puedo negar que sentí nervios, a pesar de ya haber pasado por esa experiencia con muchísima más gente (estuve con 60 alumnos durante 2 turnos distintos), igual me sentí un poco raro al darle a 10 alumnos en mi universidad.
Asumo que es la sensación de que allí no soy un desconocido, mucha gente me conoce, desde los encargados de los equipos, profesores hasta el rector. Pero en fin, luego del miedo inicial ya todo comenzó a fluir más suavemente.
Realmente el motivo por el cual escribí esto es por el artículo que encontré en docencia.es, donde dicen algo que es muy cierto, no sirve de nada epxlicar y explicar un montón de cosas teóricas que pueden tener un millón de dibujos y gráficos, si los alumnos no saben para qué demonios les va a servir eso en la vida real. Hasta ahora he intentado hacer eso, a pesar de que nadie me lo había dicho, pero es muy lógico, se supone que la idea de estudiar en una universidad es para aprender las cosas que:
1ero.- me gustan
2do .- me van a servir para ganarme la vida
3ero.- voy a tener que hacerlas algún día
Si al recibir una clase no recibo ninguna de estas cosas, es decir, me aburre y de paso no creo que lo voy a usar en la vida, ni siquiera me van a dar ganas de ir a sentarme frente al pizarrón o peor aún frente a un computador con un pelele que me habla de cosas raras.
De hecho recuerdo el caso de un amigo (síiiii a ti te digo!! ja ja), que a pesar de ser muy inteligente y capaz, cuando pierde el interés o aprende lo necesario para aplicarlo en la vida real se aburre instantáneamente del tema o la persona que se lo exponía, creo que quizá aplicando esta metodología se podría incentivar más el estudio.
Por si alguien quiere leer el artículo original (hay más referencias y un artículo completo en inglés sobre el tema), pueden hacerlo aquí.Etiquetas: Pedagogía